Este tipo de calzado se ha convertido en un símbolo cultural y de estatus indiscutible de nuestra era.
Las deportivas (conocidas también como sneakers, en inglés, o trainers, para los británicos), que alguna vez fueron el símbolo del atletismo, han trascendido su función principal para convertirse en objetos de deseo comerciales y de moda. Desde ropa deportiva y street style hasta moda de pasarela, las zapatillas han dejado su huella como bienes culturales.
El mercado mundial de zapatillas está valorado en aproximadamente 79 mil millones de dólares estadounidenses en 2022 y se prevé que alcance los 120 mil millones de dólares estadounidenses en 2026. Con un crecimiento tan grande, no es de extrañar que se consideren un gran negocio.
Tales son los avances en la industria de los sneakers que una nueva exposición en el Museo del Diseño de Londres explora cómo este tipo de zapato se convirtió en un símbolo cultural indiscutible de nuestro tiempo.
La comodidad reina
La última década ha sido testigo de un gran cambio en la forma en que se usan estos tenis. Ponerse un par en el lugar de trabajo o en ocasiones más formales ya no está mal visto. Incluso Debrett’s, una firma británica de especialistas en etiqueta, han dado su sello de aprobación, considerándolos socialmente aceptables para ocasiones informales elegantes.
El dominio continuo de la tendencia athleisure ha tenido un impacto significativo en las crecientes ventas de zapatillas deportivas, junto con la búsqueda de la comodidad. Esta tendencia creció más durante la pandemia, ya que la cuarentena y el cierre de tiendas hicieron que las personas priorizaran aún más la comodidad, lo que resultó en un aumento en las ventas de ropa de descanso, calzado deportivo y zapatos planos, así como zapatillas de deporte.
Las marcas de alta costura, desde Gucci hasta Balenciaga, están marcando el ritmo en el mercado de las sneakers de lujo. En 2017, las Triple S de Balenciaga se convirtieron en las más vendidas en el mercado de las zapatillas de lujo y su popularidad parece imparable.
La comercialización de lo ‘cool’
La investigación del sociólogo Yuniya Kawamura sobre zapatillas de deporte define tres oleadas del fenómeno. La primera ola en la década de 1970 se definió por una cultura clandestina de sneakers y el surgimiento del hip-hop. El diseño Samba de Adidas, como ejemplo, se convirtió en una parte clave de Terrace Fashion dentro de la subcultura de los fanáticos del fútbol. En 1986, Run-DMC lanzó la canción ‘My Adidas’, lo que llevó a un acuerdo de patrocinio con la marca. Esto forjó el lugar arraigado de las zapatillas en la cultura popular.
La segunda ola del fenómeno comenzó en 1984 con el lanzamiento de Nike Air Jordans. Esto dio lugar a la mercantilización de los tenis de deporte y su atractivo como artículos de estatus, impulsado por el respaldo de celebridades. Para Kawamura, la tercera ola está marcada por la era digital y el crecimiento resultante en el marketing de zapatillas y la cultura de reventa.
La creciente presencia de “sneakerheads” que coleccionan y comercializan tenis ha asegurado que mantengan su estatus de culto.
No es inusual que la gente haga todo lo posible para tener en sus manos estos modelos raros, incluso haciendo cola durante la noche para tenerlos. Los ejemplos incluyen Nike Air Yeezy 2 “Octubre rojo” y Air Jordan x 1 Off-White ‘Chicago’.
Estos sneakers tienen un valor de venta al público de 190 a 240 dólares y se revenden por entre mil 695 y 6 mil 118 dólares estadounidenses. El lucrativo mercado de reventa de zapatillas deportivas ha creado un nuevo culto de entusiastas de los sneakers que, a través del espíritu emprendedor, están generando un gran revuelo junto con los ingresos personales.
Desde el deporte hasta la moda, las zapatillas de deporte dominan el mercado de consumo. Sin embargo, a pesar de su adopción por la corriente principal, los sneakers conservan su frescura como íconos culturales.